Vinos del Mundo - Puntuaciones de PradoRey en la Guía Peñín 2015

Algunas Sugerencias

Esta semana pasada ha visto la luz la vigésimo quinta edición de la Guía Peñín, publicación de referencia en el sector vitivinícola español y de cada vez más trascendencia en el ámbito internacional. En PradoRey estamos muy felices con los resultados obtenidos, a la par que motivados para seguir creciendo, sabedores de que lo más difícil en esta vida no es llegar, sino mantenerse. Las puntuaciones siempre son un acicate, o al menos así lo creo yo, por cuanto siempre te "pican" para seguir mejorando. Bien porque sean estimulantes, bien porque supongan un manguerazo de agua fría que te lleve a una mayor autocrítica, la cual siempre es imprescindible para crecer, sobre todo en un sector que tiende a ser endogámico. Tal vez por ello respeto tanto a todos los prescriptores y periodistas del sector, independientemente de cómo nos traten, porque de todos he aprendido mucho, todos me han aportado perspectivas diferentes y entre todos luchamos por un mundo, el del vino en España, que, bajo mi humilde opinión, cada vez hace mejor las cosas. La muestra es que cada vez es más capaz de competir mejor en los mercados internacionales.

Detrás de cada vino hay una bonita historia de riesgo y pasión. Me gusta decir que los que trabajamos en este sector elaboramos y comercializamos sueños, lo cual es maravilloso a la par que seductor. No conozco a nadie que se acerque al mundo del vino y no salga impactado y aficionado al mismo para siempre. Nada es al azar, todo tiene un por qué. Y los enólogos y todos los que trabajamos en una bodega sólo podemos aspirar a interpretar a una naturaleza que cada año se se presenta caprichosa y a su antojo, intentando de esta forma sacar lo mejor de la misma y comprendiendo a su vez que detrás de un gran vino hay siempre trazos de genialidad más propios de un artista que de un técnico. Sólo lo puedes entender cuando te acercas a una bodega, la palpas, la respiras y la vives por dentro. Ese día, tu forma de ver este mundo cambia definitivamente.

Así pues, no quiero en este post hacer notas de cata de los vinos que nos han puntuado este año, sino de contaros un poco la historia de cada uno y explicaros por qué para mi todos y cada uno de ellos son especiales. Que nadie olvide que el mejor vino es el que le gusta a uno y que en ese territorio, en el de las preferencias, los demás estamos de más. Sólo aspiramos a ser diferentes, a tener una personalidad propia, y desde la humildad, creo que lo estamos consiguiendo, sabedores de que el mejor vino sigue estando por llegar.

RIBERA DEL DUERO (Vinos tintos y Rosados)

- PradoRey Élite 2011, 94 puntos: El Élite es un clon de la uva tempranillo, la más típica de la Ribera del Duero, que proviene de la zona de Valbuena de Duero y que durante los años 80 y principios de los 90 se incluyó en muchas de las nuevas plantaciones de viñedo que se llevaron a cabo en aquella época. No se dió bien en casi ninguna de ellas y poco a poco se comenzaron a arrancar, apostando por otros tipos de tempranillos menos problemáticos. Misteriosamente, se adaptó a la perfección en 8 hectáreas de nuestra finca, Real Sitio de Ventosilla, en la parte baja del Hoyo Dornajo, a unos 850 metros de altura. Mi abuelo, que apostó por este clon, se planteó durante varios años también el sustituirlo por el bajo rendimiento que tenían las cepas. Y es que rara vez hemos superado los 3.000 kilos por hectárea en dicha zona, cuando el consejo regulador permite llegar hasta los 7.000.

Un día, en pleno debate sobre la viabilidad de esas 8 hectáreas tan especiales, a nuestros enólogos se les ocurrió trabajar el clon por separado, no mezclándolo con otros tipos de tempranillos y el resultado fue espectacular. Cuentan que un día llegó mi abuelo por la bodega y le pidieron que fuera a catar un vino al despacho de los enólogos. Impactado, les preguntó "¿Y este qué vino es?". Ángel Luis Margüello le dijo "el que sale de esas zonas que no sabemos si arrancar". Desde aquel día se zanjó el debate. Corría el año 2000 por aquel entonces y sin embargo, pese al vinazo que allí teníamos en potencia, tardamos unos años en terminar de comprender cómo se comportaba este clon tan especial. Aquello era un potro desbocado, un caballo de carreras fuera de control. Con trabajo y tesón dimos el primer gran salto en la cosecha 2005, con la que logramos llamar la atención de la mayoría de críticos de todo el mundo. El empujón definitivo, sin embargo, llegó en la añada 2009. Desde entonces, no nos hemos bajado del podium de los mejores en casi todas las guías nacionales e internacionales.

Hoy en dia somos, creo, la única bodega de la Ribera del Duero que sigue trabajando este clon y el resultado es un Ribera del Duero diferente. Persistente, complejo y eminentemente varietal, con las mejores características de los vinos de la región, pero acompañado de una potencia muy poco frecuente. El caballo de carreras parece ya domado, que no domesticado. Sigue siendo un espectáculo de aromas y matices gustativos en el paladar. Todo el protagonismo de este vino se le otorga a la uva, al clon élite, como sus aromas a violetas, fruta negra madura o regaliz reflejan. Los 15 meses en barricas son lo de menos en este caso. 

La añada 2011 todavía es terriblemente joven para este vino y por ello sorprenden sus 94 puntos a estas alturas. Es un cañón que seguirá mejorando en la botella y que tiene potencial para ser nuestro mejor Élite hasta la fecha. El tiempo dará o quitará razones, pero a mi me tiene cautivado.

- PradoRey Élite 2010, 93 puntos:  La historia es la misma que en el caso anterior, pero lo que realmente hace interesante a este vino, es la comparación con el 2011. Mismo terruño, mismas uvas, mismo clon, vinos totalmente diferentes, y no sólo por la lógica evolución en la botella, sino porque las añadas fueron diferentes. Ambas de altísima calidad, pero al igual que la 2010 tuvo un carácter algo más atlántica (más fría, ciclo un poco más largo, mayor capacidad de guarda), la 2011 fue más mediterránea (más cálida), lo que a corto plazo le hace alcanzar un punto de expresividad más alto, con mayor carga frutal si cabe.

El PradoRey Élite 2010, bajo mi punto de vista, es un excelente vino que ha sido reconocido también a nivel internacional y que se encuentra en estos momentos en su mejor momento y se mantendrá en el mismo durante varios años aún. Decir cuál es mejor es complicado, por cuanto el otro día en el salón la mitad se decantaba por uno y la mitad por el otro. En cualquier caso, ambos son una excelente opción para colarse en los momentos especiales de nuestras vidas. De la añada 2011 hay unas 18.000 botellas. De la 2010 apenas 10.000.

- Adaro de PradoRey 2011, 93 puntos: Una gratísima sorpresa y con potencial para superar a su predecesor, del que hablaré a continuación. Adaro es el segundo apellido de mi abuelo, Javier Cremades de Adaro, al cual llamaron en su día "el loco de Ventosilla" porque sólo a un loco se le podía ocurrir plantar 520 hectáreas de viñedo en la zona más fría y más extrema de la Ribera del Duero. Aunque hoy hay más viñedos en aquella zona, en los años 80 fue un auténtico pionero. Las uvas que utilizamos para elaborar este vino proceden de la parte alta del Hoyo Dornajo, a casi 900 metros de altura, la más alta de la finca. El vino es 100% tempranillo y su crianza se realiza siempre en maderas amables con la fruta para respetar lo mejor del terruño: francesas, del cáucaso e incluso una parte de segundo año para no restar ni un ápice de protagonismo al varietal. Por ello sale ese aroma tan agradable a cerezas, regaliz y violetas. La madera aporta un suave y agradable matiz a especias dulces.

Con taninos muy redondos pese a su juventud y una elegancia pasmosa, el Adaro 2011 supone la confirmación de un vino que desde su salida al mercado ha logrado enamorar a la mayoría de los que lo han catado.

- Adaro 2010, 94 puntos: Creo que es la mayor puntuación para un crianza de la Ribera del Duero este año. Varietal elevado al cubo. Mi abuelo es el "loco de Ventosilla", como señalaba antes, pero lo que no todo el mundo sabe es que PradoRey es la culminación de un sueño. Cuando era un joven estudiante de Ingenería, siendo huérfano de padre y el menor de 7 hermanos, se iba en verano a la Mancha a hacer vino y venderlo para poder costearse sus estudios. Aunque la vida luego le llevó por otros derroteros, casi siempre vinculados al campo, nunca dejó de soñar con hacer su propio vino en latitudes imposibles. Me decía, "Fernando, en las zonas límites es dónde siempre se obtienen los mejores frutos". Me gusta decir que con Adaro vendo el sueño de mi abuelo.Y la mejor noticia es que la mejor añada sigue estando por llegar, porque las cepas aún no han llegado a su cénit.Quedan poquitas botellas ya de la añada 2010 y apenas tenemos unas 18.000 de la 2011. 

Calidad / precio, de lo mejor de la Ribera del Duero. Sin perder el carácter de la región, hemos querido volver a la frescura y elegancia de los vinos de antaño. Y creo que, humildemente, lo hemos conseguido.

-PradoRey Reserva Finca la Mina 2009, 92 puntos: Para PradoRey la palabra Reserva impone mucho respeto y hemos querido recuperar las tradiciones riojanas del siglo XIX, cuando la gente hacía una "reserva" de un vino de crianza de una añada excelente. Con la llegada de los consejos reguladores, el Reserva, al igual que el Crianza, por ejemplo, pasó a ser más una categoría de producto que tenía que cumplir unos requisitos de elaboración, lo cual está bien, por cuanto favorece la comparabilidad y la información al consumidor, pero que puede viciar el origen de la palabra. PradoRey sólo hace Reservas de añadas excelentes, como fue la 2009.

Desde que me incorporé a la bodega, y siempre de la mano de mi equipo técnico, hemos tratado de darle cada vez máyor protagonismo al viñedo, vinculando los vinos de cierto nivel a diferentes zonas del mismo. La Finca la Mina, paraje imponente dentro de la finca Real Sitio de Ventosilla, tiene unas características óptimas para elaborar reservas: suelos pobres, cepas de las más antiguas de la finca, altitud (830 metros) una buena pendiente en el terreno y una adecuada orientación. 

Así pues, en este vino se aúnan un trabajo de vino de pago, aún cuando no sea un vino de pago legalmente hablando, y una añada excepcional. Todavía es un vino que está muy joven, pero que muestra ya una cara espectacular. Tiene un 95% de tempranillo, un 3% de cabernet y un 2% de merlot. Como le gusta decir a mi buen amigo Mateo de México, elegancia pura. Habrá algo de Reserva 2010 y 2011, pero luego saltaremos directamente al 2014.

- PradoRey Gran Reserva 2004, 91 puntos: Si el Reserva sólo lo hacemos en añadas excelentes, el Gran Reserva sólo en añadas excepcionales. De momento 1999, 2004 y 2009. Me gusta decir que el Élite es un Ferrari y que este vino es un Rolls Royce. Chocolate, cacao, notas ahumadas y una suavidad en boca que parece terciopelo. Maravillosa complejidad para el vino del que probablemente se sientan más orgullosos los enólogos.

Me gusta decir que el vino y el amor tienen cierto paralelismo. Al inicio ambos son "fáciles", nada complejos, todo frescura. Con el tiempo ambos evolucionan y van ganando una maravillosa complejidad que cuesta valorar. La fruta sigue estando, pero aparecen otros matices que no siempre son fáciles de apreciar. Hacer un Gran Reserva es muy, muy dífícil, al igual que la convivencia diaria, pero cuando se pone cariño, mimo y todo el empeño, el resultado puede ser espectacular. Y este es un buen ejemplo.

- PradoRey Finca Valdelayegua Crianza 2011, 91 puntos: Valdelayegua es una parte de la finca Real Sitio de Ventosilla también ubicada a unos 830 metros de altura que tiene una gran particularidad. Cuando uno sube a la parte más alta del pago, tiene a la derecha el Río de Duero, y de frente el Río Gromejón. Los cantos de río que aparecen en el suelo le delatan. Fue un terreno inundado tras la última glaciación y cuando fueron bajando las aguas y fueron pasando los años, ha ido quedando un terruño óptimo para viñedo. Hoy es el mejor ejemplo de lo que llamamos un suelo "franco", con arena, arcilla, limo y piedras de río. Todo ello nos aporta todo lo que necesitamos para hace un gran crianza: capacidad de guarda, elegancia y frutosidad. 

Desde el año 2006 nuestro Crianza viene de este término y es por ello por lo que a mi me gusta más llamarle directamente PradoRey Finca Valdelayegua, porque de nuevo es un vino muy Ribera que le otorga toda la importancia al viñedo. Más contundente que el Adaro pero también con su elegancia. El volumen de este vino viene determinado por la calidad de la añada. Valdelayegua tiene casi 90 hectáreas y un potencial de unas 550.000 botellas / año. Sin embargo, el año que mayor producción hemos elaborado apenas hemos llegado a las 300.000. Buscamos rendimientos bajos en la medida de lo posible e incluso, como en el año 2007, hemos llegado a no elaborar este vino por no llegar al mínimo de calidad que exigimos. 

Solían decir en su día que nuestro Crianza no lograba desmarcarse de nuestro Roble. Hoy creo que ya no es así. Este 2011 es un maravilloso ejemplo. Excelente relación calidad / precio.

- PradoRey Roble 2013, 88 puntos: Hay vinos que los valoro muy por encima de las puntuaciones, por la complejidad de la añada o las circunstancias que han rodeado la elaboración del mismo. La cosecha 2013 es un buen ejemplo, por lo difícilisima que fue por las tremendas lluvias sufridas durante la vendimia. Y el trabajo en bodega tampoco fue sencillo, por cuanto la añada 2012 fue cortísima, lo que nos obligó a sacar nuestro Roble antes de lo que nos hubiera gustado. Pese a trabajar en unas condiciones tan difíciles, creo que el resultado es más que digno y personalmente me encuentro muy orgulloso del trabajo que ha realizado mi equipo.

Poca gente sabe que la categoría Roble la inventó PradoRey. En el año 1997 nuestros enólogos pensaron que era una excelente idea pasar el vino joven de la Ribera, que era muy duro de por sí, por madera, buscando con ello suavizarlo y mejorarlo. Cuando salió al mercado, lo reventamos. Aquello era algo revolucionario y poco después todas las bodegas de Ribera comenzaron a utilizar el procedimiento. Terminó canibalizando al Crianza, pero permitió a la Ribera del Duero popularizarse por toda España, ya que sus precios eran mucho más asequibles que los típicos vinos de la zona de por aquel entonces. Como anécdota cuento que quisimos registrar el invento, pero que no nos dejaron hacerlo. Siempre nos quedará el orgullo de haber sido los primeros en atrevernos a hacer un Roble, a pensar en los vinos jóvenes de la Ribera de una forma diferente.

Ojito porque el 2014 promete. Los primeros mostos apuntan a un viño que va a estar cañon. En marzo / abril, la prueba.

- PradoRey Rosado Fermentado en Barrica 2013, 88 puntos: El Rosado en España ha sido un vino denostado hasta no hace tanto. En PradoRey, fieles a la tradición de la Ribera del Duero, siempre hemos creído que era un vino con personalidad propia. Es por ello por lo que hemos apostado desde nuestros orígenes en hacer algo diferente. Este es un gran ejemplo. Autorizado por el Consejo Regulador a tener un coupage con un 50% de Merlot, nos encontramos ante un Rosado especial que fermenta en conos de madera del bosque de Nervers y envejece durante 4 meses en barricas de 225 litros del cáucaso. Es una piruleta, con aromas muy marcados a fruta roja y caramelo Solano de nata y fresa.

Aún así, no estamos ante un vino menor. Al contrario, es un rosado para gente que le gusta mucho el vino tinto y nos acompañará estupendamente un asado o una buena carne. Ahora bien, con un buen arroz, con una buena pasta o con una buena ensalada, es una auténtica pasada. Delicioso en cualquier momento.

- Lía de PradoRey 2013, 88 puntos: Gran rating para un vino de este precio y de estas características. De nuevo un rosado, en este caso de color rosa palo. El sexy wine por excelencia, cool, canalla, ese que sacamos por primera vez en la añada 2012 y con el que revolucionamos el mercado. Hoy muchas bodegas hacen este tipo de vinos, pero nos vuelve a quedar el orgullo de haber sido los primeros en la Ribera del Duero. El color violeta es espectacular y muy difícilmente imitable, por cuanto se juntan una serie de factores fruto de muchos años de trabajo e investigación en bodega. Por el contrario, el resto de rosados de este tipo presentan un color más piel cebolla.

Fresco, afrutado, con aromas a fruta roja y blanca, asi como notas florales. Con un puntito de azucar residual y algo menos de alcohol, es un vino ideal para iniciarse en este mundo. Siempre he creído que hay que poner las cosas más fáciles a los consumidores y este es un buen ejemplo.

RUEDA (Vinos Blancos)

- PR 3 Barricas 2013, 93 puntos: O sería mejor llamarlo PR cepas antiguas o en altura, porque lo más importante de este vino no son las barricas dónde fermentamos el verdejo, sino el origen de la uva, una parcela de una zona de Segovia de clima límite, con cepas antiguas y de baja producción. El vino fermenta en tres tipos de barricas diferentes, las cuales son volteadas tres veces todos los días para evitar que las lías se depositen en el fondo de las mismas. Además, se hace un batonage diario. Todo ello para producir un máximo de 3.000 - 4.000 botellas y no cada año, sino cuando la uva tiene grado y acidez suficiente, lo cual es casi un equilibrio imposible. Cuesta mucho vender este tipo de vinos en España pero son joyas que ponen en valor a toda una denominación de origen. Rueda es mucho más que una zona de vinos baratos, pero hay que atreverse a probar caldos de este tipo. El PR 3, además, es eminentemente varietal, sobre todo en boca, dónde el ácido málico permanece intacto (dejando una sensación muy agradable que en seguida nos hará salivar) y se nota toda la rusticidad de una uva, la verdejo, que es fundamentalmente noble.

- PradoRey Verdejo 2013, 90 puntos: Lo mismo que decía del Roble cabe para este vino. Una añada difícilisima en Rueda, con lluvias que alargaron la cosecha un mes más de lo debido, y unos enólogos, los nuestros, que acertaron de pleno sacrificando un pelín de madurez para evitar el agua. El resultado es un vino fresco y muy agradable, que si bien no alcanza el esplendor de añadas como la 2011 o 2012, pienso que está muy por encima de la media en un año complicada como pocas.

Tres cosas hacen muy especial a este vino. La primera es que la vendimia es nocturna, para evitar la oxidación de la uva. La segunda, que empleamos una técnica, boreal, que trajimos desde Italia y que fuimos pioneros en aplicar en Rueda. Consiste en que una vez que la uva entra en la bodega, antes de estrujarla, se la inertiza en un ambiente saturado de CO2 evitando, de nuevo, la oxidación de aquella. Pero en 2007, nuestros enólogos fueron un paso más allá y se plantearon utilizar dicha tecnología al doble de presión que nuestros colegas italianos. El resultado fue que a la uva le extrajimos muchos más aromas de los que hasta entonces era habitual. Aquello fue algo impresionante. Por último, se somete al vino a una crianza sobre sus propias lías durante tres meses en depósitos metálicos, lo que le confiere mayor longevidad, complejidad y volumen. Digo con la voz bien alta y lleno de orgullo que Rueda es la Denominación de Origen de España de mejor relación calidad / precio y que este vino es un gran ejemplo de ello.

- PradoRey Sauvignon Blanc 2013, 88 puntos: Logramos hacer un verdejo extraordinario y el Sauvignon, aunque está también estupendo, no logramos que alcanzara el nivel de los años anteriores. Pesó mucho la vendimia tan complicada que señalaba antes. En cualquier caso, el resultado fue estupendo. Vino de tirada limitada, de apenas 6.000 botellas. Motivación hasta arriba para volver a alcanzar los 90 puntos esta nueva añada.

Como decía al principio, las puntuaciones son siempre un acicate. Esta cosecha 2014, tanto en Ribera como en Rueda ha sido estupenda y son muchos los proyectos e ilusiones que descansan en nuestros depósitos y en apenas unos meses, en la barrica. Sueños que elaborar y vender. Maravillosa locura. Bendito trabajo.







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