Economía - Exportaciones: el Auténtico Brote Verde

Algunos Apuntes

Antes de ayer tuvimos conocimiento de las cifras de las exportaciones acumuladas hasta el pasado mes de junio. Aunque se podía intuir un dato cuando menos interesante, los números han sido mucho mejores de los previstos, alcanzando cotas inimaginables hace apenas unos meses, lo que sin duda supone un alivio para nuestra maltrecha economía.

Comencemos por explicar la terminología a todas aquellas personas ajenas a la materia. Por exportaciones netas entendemos el saldo resultante al sumar todas las exportaciones de nuestro país (esto es, bienes y servicios producidos en España que se venden más allá de nuestras fronteras) y restarle todas las importaciones (bienes y servicios producidos más allá de nuestra fronteras que compramos los residentes en España). Cuando las exportaciones superan a las importaciones en valor, entonces se produce un resultado positivo de las exportaciones netas que mejora la cifra del PIB de un país. Por el contrario, cuando las importaciones superan a las exportaciones, las exportaciones netas son negativas y reducen la cifra del Producto Interior Bruto. Uno de los principales desequilibrios de nuestro país durante los años de la burbuja fue, precisamente, el del sector exterior, lo que derivó en una cuenta corriente muy deficitaria y el consiguiente endeudamiento externo que financió nuestra "fiesta" durante años. Darle la vuelta a esta balanza es una cuestión relevante para salir de la actual coyuntura, no sólo por cuanto nos podría volver a ayudar a entrar en la senda del crecimiento, sino porque es el primer paso para poder financiar nuestra economía y devolver esa deuda externa acumulada durante la época del "boom". 

Es necesario explicar que el párrafo anterior no tiene nada que ver con nuestro déficit público y la necesidad de cuadrar nuestras cuentas  en ese aspecto. Hay una realidad que siempre se cumple en economía, y es que el ahorro es igual a la inversión. Dicho de otra forma, lo que los ciudadanos ahorramos, es lo que los bancos pueden prestar a las empresas y particulares para que éstos inviertan. En una economía global, aunque la ecuación se cumpla, se pueden producir desequilibrios internos. El ahorro Español, por ejemplo, no era capaz de financiar la inversión inmobiliaria que se produjo en nuestro país en el período 2000 - 2007, por lo que nos convertimos en importadores de ahorro. Es decir, los ahorros de los ciudadanos del resto del mundo financiaron nuestra "burbuja". El que ahora se de un superavit por cuenta corriente indica que no sólo nuestro país no requiera de ahorros de fuera para financiar sus inversiones, sino que tenemos capacidad para financiar con nuestros ahorros las inversiones de terceros, lo que de nuevo redunda en una mejora de nuestros desequilibrios.

Vamos con los datos. De acuerdo con el Secretario de Estado de Comercio, Jaime García - Legaz, durante los 6 primeros meses del año las exportaciones sumaron un total de 118.722 millones de euros un 8% que durante el mismo período del ejercicio 2012. Ésto, unido a una caída de un 3,2% de las importaciones en términos interanuales, ha supuesto una reducción del déficit comercial en un 68%, ya que las importaciones de los primeros 6 meses del año han sumado 125.179 millones de euros. Aunque las proyecciones no sean lineales, si España es capaz de mantener la tendencia el segundo semestre del año, podríamos terminar 2013 con unas importaciones cercanas a los 250.000 millones de euros (cifra estable y consistente con los años anteriores) y unas exportaciones que rozaran los 240.000 millones de euros, cifra histórica sin precedentes. Cabe destacar que en el año 2007, el déficit comercial de nuestro país superaba ligeramente los 100.000 millones de euros, un 10% de nuestro PIB. El Gobierno estima que este año cerraremos, "todavía", con un déficit de un 1%.

¿Qué significan estos datos? Todos los expertos coinciden en que, de entrada, son muy buenos. Mucho mejores de lo previsto. Como apunta Ignacio Conde - Ruiz, subdirector de FEDEA, lo increíble es que España lo haya conseguido sin devaluar su moneda. De nuevo para los menos doctos en la materia, explico. Tradicionalmente, cuando un país atraviesa por graves problemas económicos, una solución consiste en "imprimir" más billetes, metiéndolos en circulación, haciendo que la moneda de dicho país valga menos (se devalúe), lo que te hace más pobre, pero también más competitivo, de la noche a la mañana. Desde que estamos en el Euro, esa posibilidad no es factible, lo que da todavía mucho más mérito a nuestras empresas. No en vano el número de empresas exportadora ha aumentado un 9,5% en lo que llevamos de año, hasta las 92.877, según Jaime García - Legaz. Es el tercer año consecutivo en el que aumenta la base exportadora.

Para José Carlos Díez, profesor de ICADE, los datos también son muy buenos, aunque apunta que fueron mejores los del período 2009 - 2011 (añado yo que en un contexto tal vez menos duro que el actual) y tilda los mismos de brotes verdes.  Para José Ramón Pin Arboledas, profesor de IESE, los datos son especialmente meritorios, por cuanto se han producido en un momento en el que nuestros tradicionales socios comerciales, los países miembros de la UE, no sólo han visto reducidas sus exportaciones, sino que han estado sumidas en una recesión.

Desglosando los datos un poco más, nos encontramos con agradabilísimas sorpresas: en primer lugar, la capacidad de nuestras empresas por llegar a nuevos mercados, sobre todo Asia, África y América Latina, incluso Oceanía, si bien las exportaciones a dicho continente todavía "pesan" poco en el mix total. En cuanto a la tipología de las exportaciones, de nuevo nos encontramos con noticias sorprendentes: los bienes de equipo crecen un 18,7% y suponen ya el 21,2% de nuestras exportaciones (esto es, bienes con valor añadido, lo que siempre se nos ha echado en cara. Las aeronaves crecen por encima del 120%, así como también muestra un extraordinario comportamiento la maquinaria específica para la industria). Los productos agroalimentarios crecen un 6,7% hasta sumar ya el 15,1% del total. Los automóviles, por su parte, ya suponen 14,5%, lo que debería suponer un reconocimiento al buen trabajo hecho por sindicatos y representantes empresariales a la hora de atraer y preservar producciones de multinacionales en las fábricas de nuestro país.

Respecto al saldo por cuenta corriente, explicaba García - Legaz que éste ya sumaba un superávit de 2.400 millones. Como explicaba al principio, este dato, en sí mismo, significa que España ya puede financiar su economía con recursos nacionales. Aunque de por sí pudiera parecer una buena noticia, conviene desglosar las cifras y, como explicaba Soledad Pellón, Estratega de IG, tener en cuenta que las causas del superávit por cuenta corriente no siempre son buenas. Pueden darse porque bajen las inversiones, porque no haya liquidez, por una mala intermediación financiera o incluso por el envejecimiento de la población. Para Soledad Pellón, los datos aún son ambiguos y conviene no lanzar las campanas al vuelo.

El por qué de estos datos de las exportaciones tan positivos, requiere de un análisis más pormenorizado. Para Ignacio Conde - Ruiz, Subdirector de FEDEA, aún queda por ver si realmente se debe a la bajada de costes y a que somos más competitivos (de acuerdo con los datos del Secretario de Estado de Comercio, la productividad creció un 2,3%, lo que sumado a la contención salarial de los últimos meses, supone una caída de costes de un 3%) o si por el contrario las compañías están vendiendo por debajo de su coste marginal existencias atrasadas. Desde el punto de vista del sector del vino, y por aportar algo de luz a las palabras de Ignacio Conde - Ruiz, ese ejercicio ya se hizo durante los primeros años de la crisis. Como me decían en el Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero, de media, las bodegas tenían tradicionalmente 2 cosechas y media en stock. Ahora, apenas una cosecha y media. Sin financiación, ese camino ha habido que recorrerlo, pero no creo que haya sido en 2013.

Sin ser un dato empírico, tan sólo una percepción de una persona que pertenece a una empresa que prevé cerrar el ejercicio 2013 triplicando su cuota de exportación en apenas 6 años, sí que creo que hay un cambio cualitativo, cultural, que se está dando en la empresa española. Ahora salimos fuera sin complejos, a vender compitiendo en calidad, defendiendo nuestros productos. Como le comentaba a mi madre esta mañana, cuando éramos pequeños ver ganar un Tour a Perico Delgado o un Roland Garros a Arantxa Sánchez Vicario o Sergi Bruguera, era algo histórico. En Motos sólo ganábamos en cilindradas pequeñas (aún recuerdo el revuelo que se formó cuando Sito Pons ganó el mundial de 250 cc) y nuestras selecciones de fútbol y baloncesto se quedaban siempre o casi siempre a uno o dos pasos de luchar por los títulos en las principales citas internacionales. Que un español corriera la Fórmula 1 ya era algo alucinante y que Fernando Martín pudiera ser suplente de suplentes en los Portland Trail Blazers nos parecía estratosférico. En deportes como natación sólo llegaban medallas de nacionalizados o de Españoles formados en EEUU, como los hermanos López Zubero. Incluso en 1991 todavía se dudaba de si Barcelona iba a ser capaz de organizar unos juegos olímpicos como Dios manda. 

20 años después, España gana mundiales de fútbol, balonmano y baloncesto, los Rafa Nadal, Jorge Lorenzo, Fernando Alonso, Pau Gasol, las chicas del balonmano y el waterpolo, las de la sincronizada, Mireia Belmonte, Indurain o el mero hecho de que Madrid haya sido capaz de tutearse con Nueva York, Londres o París para organizar unos juegos olímpicos, nos demuestran que algo ha cambiado en nuestro país y que dicho cambio ha llegado también a nuestras empresas. Hoy las nuevas generaciones sabemos idiomas, estamos formados, somos muy profesionales, no nos ponemos límites y hemos perdido todos los complejos. Tenemos hambre. Las becas Erasmus, las posibilidades de viajar y salir más allá de nuestras fronteras nos han acercado en todos los ámbitos a nuestros vecinos de la vieja Europa. El cambio es imparable, y si nuestros gobiernos apostaran decididamente por el I+D+i y la educación,  el futuro sería aún más brillante. Las exportaciones son el principal cambio estructural de nuestra economía y lo estamos logrando entre todos los que formamos las empresas, directivos y trabajadores.

Desgraciadamente, la exportación aún no da para crear puestos de trabajo, al menos en una cantidad que frene la sangría vivida en los últimos años en todos los sectores. Nos queda la satisfacción, eso sí, de que los que crea son de calidad. La exportación, de momento, sólo puede ser el motor de arranque de la recuperación, no, al menos a corto plazo, el motor que nos haga dejar atrás esta horrible crisis, pero surge del buen hacer y el trabajo de miles de PYMES y cientos de grandes empresas, de muchísimos profesionales que se han reinventado y que, sobre todo, han cambiado el chip. Sí, por primera vez en 5 años, veo brotes verdes de verdad.




Comentarios

José ha dicho que…
Hola Fernando

Llevo siguiendote durante muchos años ya, me gustan tus post porque son críticos y constructivos y no destructivos ni escritos desde el pesimismo y hasta ahora nunca te había leído en estos términos de optimismo, espero que ya quede poco de este infierno, yo como tantos otros me he tenido que marchar de España y no veo el día de volver.

gran post y arriba España.

saludos,

José
Fernando ha dicho que…
Hola José!

Millones de gracias por pasarte por El Disparadero, como siempre. Y millones de gracias por tus palabras, que de veras que me llegan y me animan a seguir escribiendo. Disculpa que haya tardado en responderte, pero la vuelta al trabajo no ha perdonado y he tenido bastante lío estos días.

Siempre soy optimista, fundamentalmente porque creo en las personas y al final la humanidad lleva superando retos desde el principio de los tiempos. Creo que en el caso de España los españoles hemos dado un paso al frente en muchos aspectos. Me emocionó ir a Alemania en julio a cerrar una serie de operaciones de venta de vino para esta Navidad y escuchar de los propios alemanes cómo habían cambiado los españoles para bien, sobre todo la nueva generación que llegaba al empresariado. Esta vez, detrás de los brotes verdes no hay fuegos artificiales vía gastos desorbitados del sector público, como en 2010.

En paralelo, la banca está menos mal que hace un año, el sector inmobiliario está un poquito más ajustado que hace un año también (aunque no preveo una recuperación del mismo hasta 2017), las administraciones públicas se han tomado en serio el control de sus cuentas (aunque siempre se pueda hacer más) y creo que el mercado laboral se ha terminado de ajustar. En definitiva, creo que hemos tocado fondo.

Tocar fondo no implica una recuperación fulminante y sigo pensando que la recuperación va a ser larga, pero esta semana hemos conocido otra serie de datos que me hace pensar que tal vez lo vaya a ser menos de lo previsto inicialmente (deuda de las familias, dato del paro en agosto en términos desestacionalizados o incluso la confianza del consumidor).

Mientras tanto, los que tenemos la suerte de tener un buen trabajo por aquí, tenemos que seguir peleando a la contra y sin complejos. Os lo debemos a los que habéis tenido que salir.

Un fuerte abrazo

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